¿Cómo contratar una empresa de investigación?

Son varios los aspectos a analizar a la hora de contratar una empresa de estudios de mercado. El punto de partida es dejar claro que nadie (incluidas las propias empresas de investigación) conoce mejor todas las facetas del problema que el contratista.

Por tanto, para que el estudio sea exitoso, es fundamental compartir este conocimiento y dudas con el futuro prestador de servicios, es decir, realizar una encuesta involucra detalles de planes estratégicos confidenciales, ideas confidenciales, miedos o cambios en el desarrollo de productos y servicios. .compartido.

De esta manera, la relación debe basarse en la confianza de que los puntos identificados, ya sean fallas, debilidades u oportunidades, solo serán aprovechados por quienes tengan derecho a ello.

Otro aspecto involucrado es el de la competencia. Un prerrequisito importante es que la empresa investigadora conozca este mercado, habiendo realizado trabajos en el área, sin necesidad de “aprender” todo desde cero para iniciar los análisis.

Finalmente, existe un compromiso, ya que el equipo responsable del estudio debe estar profundamente involucrado con el asunto para lograr efectivamente el éxito en la consecución de las conclusiones solicitadas. La premisa básica es que, si las preguntas fueran triviales, ni siquiera sería necesario contratar la investigación.

Los 3 factores mencionados son condiciones a cumplir e igualmente relevantes para el éxito del proyecto de investigación y la relación entre las partes.

La discusión comercial del proyecto solo debe continuar con el cumplimiento de estos requisitos. Sin embargo, como la valoración de estos puntos no es baladí, me permito destacar algunos consejos para orientar este análisis:

• ¿Cuál es el tamaño de la empresa de investigación en relación con el tamaño del trabajo? Si es demasiado grande, puede haber algún fallo en el compromiso, ya que el estudio puede ser realizado por pasantes o profesionales principiantes. Por otro lado, al ser demasiado pequeño, la falta puede ser de competencia y experiencia en proyectos similares.

• ¿Cómo son las instalaciones de la empresa investigadora? ¿Hay habitaciones, equipos, infraestructura, aunque sea mínima, o es solo virtual, trabajando en los hogares, en paralelo a otras actividades o incluso solo por teléfono celular?

• ¿La empresa se centra en la investigación, o simplemente “también investiga”, además de marketing, comunicación, publicidad, reclutamiento y selección, …?

• ¿Qué clientes de la empresa pueden darle una referencia?

• ¿Cuánto tiempo ha estado la compañía en el negocio? ¿Está vinculado a alguna entidad de clase en el área de investigación como ABEP, ABIPEME, SBPM, ESOMAR …?

• En el trabajo de investigación, ¿qué actividades se realizan y cuáles se subcontratan? Si hay subcontratación, ¿están en la actividad central o intermedia? ¿Cuál es el control sobre los investigadores en el campo, la formación, la supervisión, el control, la mecanografía y la contratación? ¿Estas actividades se llevan a cabo en otras ciudades anfitrionas o por extraños como telemarketers, proveedores de servicios informáticos, etc.?

• ¿Quiénes son los empleados de la empresa y quiénes serán los responsables del desarrollo del proyecto? ¿Cuál es la formación profesional y académica de estos interlocutores, en cuyas manos se pone su futuro, o decisión de inversión?

Finalmente, conviene tener presente la cuestión del conocimiento acumulado.

La relación con una empresa de investigación debe apuntar a largo plazo y no estar restringida a proyectos específicos, como agencias de publicidad, donde no se contrata (al menos no debería) ¡solo para el lanzamiento del producto o cada nueva fecha conmemorativa!

La relación, en principio, debe seguir una lógica y guiarse por metas mensurables, a intervalos más duraderos.

Sin embargo, en la investigación todavía son frecuentes las mediciones de precios para la realización de obras, considerando exclusivamente este factor. No es que esto no sea importante, todo lo contrario, simplemente no debería ser el único criterio.

Con cada encuesta se puede depurar mejor el mercado objetivo, pero no siempre se presenta toda la información, ya sea porque no son relevantes en ese momento para esa hipótesis específica, o porque son secundarios al proyecto en discusión, o incluso por la Se requiere poco tiempo para la presentación y discusión de los resultados.

Sin embargo, este conocimiento único y exclusivo, aún en poder de la empresa investigadora, es ya derecho de la empresa contratante y constituye un diferencial para estudios posteriores, prácticamente a coste cero, ¡y con un gran efecto multiplicador!

Las tendencias y los cambios de comportamiento ahora se perciben con mayor claridad, puesto que la experiencia ya existe, ¡más aún si la misma empresa investigadora tiene la oportunidad de profundizar constantemente, con trabajos sucesivos, tales conocimientos!

Pero tal situación solo se hará realidad a medida que la relación continúe y los nuevos proyectos brinden la oportunidad de compartir el conocimiento acumulado.

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